¡Bienvenidos A Todos!

Quiero daros la bienvenida a mi blog y también agradeceros por visitar, en verdad lo digo. Por favor tomad vuestro tiempo para leerlo. Me gustaría si tomarais tiempo para dejar un comentario, cumplido, etc. Disfrutad el blog, mi deseo para todos es que conozcan de Dios y se acerquen más a Él. Si deseáis contactarme, hacedlo con todo gusto...
Dios os bendiga amigos. :D

sábado, 27 de noviembre de 2010

VIVIR ES MORIR... ...PARA VIVIR

-Resumen de la serie...

1)Cristo vivió para morir- Romanos 5.1-11
2)Para que muramos al pecado.- Romanos 6.1-14
3)Para vivir conforme al Espíritu,- Romanos 8.1-27
4)Reconciliándonos con Dios.- Efesios 2.11-22
5)Dándonos una vida nueva- Efesios 4.17-32
6)Para ser hijos de luz.- Efesios 5:1-20
7)Llamados a una vida santa.-1 S. Pedro 1.13-25; 2.1-3
8)Y para ser participantes de la Naturaleza Divina de Dios.- 2 S. Pedro 1.3-15

domingo, 21 de noviembre de 2010

El Bosque De Las Almas Extraviadas

En tiempos antiguos había cuatro caballeros quienes viajaban regreso a España; pretendían llegar al castillo de los reyes a darles algunos reportajes. Mas ocurrió en la venida se enfrentaron a dos caminos para elegir.


En el lado izquierdo se encontraba un bosque radiante y amigable. En la derecha estaba un camino estrecho y angosto. Se veía demasiado traicionero, pues era rodeado por cerros montañosos. Y además los caballeros se pudriesen perder o morir con tan sólo que se cayese una roca por encima.


Entonces los caballeros decidieron cruzar el bosque. Antes que pudiesen tomar el primer paso al bosque, se les apareció una silueta ante ellos. La forma se convirtió en una elfa hermosa con un vestido tan blanco como la nieve. Y angustiadamente les dijo: «Alto. Soy la guardia de éste bosque maldecido y todo el que entrare a él jamás vuelve a ver sol en su vida. Estáis a punto de pasar al Bosque De Las Almas Extraviadas.» Sabiendo que iban a rechazar la sugerencia agregó: «Si deseáis continuar sin problema, seguid en el camino pedregoso.» Mas los caballeros no notaban amenaza alguna, asimismo habían quedado de acuerdo que no; le dijeron a ella la razón porqué. Ni modo de insistir, la elfa les dejó con su decisión sólida y se desapareció de su vista.


Avanzaron en su camino de aventura. Al momento de entrar al bosque, se volvió tenebroso y aterrador. Voltearon hacia atrás y se les ocultó la entrada del bosque. Lentamente montaban porque las tinieblas excedían. Al andar oían llantos de los espíritus vagando en tortura. Los caballos relinchaban por el susto que les daba. Sentían las almas subir por sus cuerpos y se sacudían para quitarlos.


Para que no se perdiesen, los caballeros marcaban una equis en los árboles con sus espadas, así sabían por dónde ya habían pasado. Entre más tiempo duraban en el bosque más se desesperaban. Seguían rectamente marcando árboles y finalmente salieron del bosque sanos y completos. Se volvió a aparecer aquélla elfa y se inclinó a ellos felicitándoles; ya que nadie jamás había sobrevivido tal prueba. «Y porque habéis vencido el bosque os concederé a cada quien de vosotros un deseo que tengáis en vuestro corazón.» El caballero mayor exigió ser el mejor espadachín que haya existido. El segundo caballero pidió tener una espada más forzuda que la Excalibur. El tercer caballero pidió una armadura impenetrable e incorruptible que hasta pudiese soportar magia de brujas y magos. El cuarto y menor caballero humildemente solicitó la sabiduría en cómo vencer todo el mal, pues él era torpe y fue el que más se perdía en el bosque. Y pesadamente la elfa chasqueó sus dedos y el deseo se realizó. Los caballeros se fueron más que contentos. Sin saber que ellos se habían ido con una maldición del bosque.


El primer caballero venció los espadachines más poderosos y se glorificaba éste. Hasta que llegó una noche, un espíritu maligno se le metió y le poseyó. Tan loco se volvió que tomó su espada y él mismo se decapitó. Y por haber estado maldecido, su alma volvió al Bosque De Las Almas Extraviadas para vagar para siempre. El segundo caballero que poseía la espada también vencía a muchos. Mas no era el mejor espadachín, y por no serlo, poco duró su vida como caballero e igualmente su alma fue al bosque. El tercer caballero obtuvo una vida un poco más larga pues tenía puesta su armadura. Pero hubo un tiempo en que se la quitó para descansar y por detrás le apuñalaron diez veces hasta la muerte. Su alma también fue arrastrada al bosque horripilante. El caballero menor quien era sabio y listo ya presentía su muerte. Además sospechaba de dónde recibieron muerte sus compañeros. Entonces agarró la espada y la armadura que había guardado y fue a visitar la elfa.


La vio de distancia que estaba en el bosque riéndose malvadamente. «¡Ja ja ja ja! Entra si tienes la valentía de hacerlo.» Y éste se preguntaba en sí: «¡Ay! ¿Por qué no pedí la valentía?» Pero entró y se enfrentó con ella y la elfa mostró su forma verdadera. Era una bruja fea, horrible y poderosa. Ambos combatieron un duelo, ella era una bruja receptora que recibía energía de las almas que tenía atrapadas. Luego ella le voló la espada a una distancia. De nuevo chasqueó sus dedos para deshacerse de la armadura, mas resistió la magia. Se enojó tanto que dijo todo hechizo que sabía, ni aún así, el caballero se mantuvo en buena condición. Mientras ella hacía todo lo posible, el caballero buscaba en dónde estaba la espada. Fue a obtenerla cuando la vio y la bruja también detrás de ambos. El caballero la alcanzó y la abrazó con su armadura; así no le afectaba los hechizos a la espada. Y cuando llegó en frente de ella dijo: «¡Esto es para mis compañeros!» Y se la encajó en su vientre y murió. Entraron los rayos del sol al bosque, ya no era tenebroso. Y las almas que estaban atrapadas; fueron libertadas de la maldición. Se aparecieron los espíritus de sus compañeros dándole las gracias.


Regresó a casa, y éste caballero fue el más poderoso, armado y sabio que había vivido en esos tiempos.


Escrito por: Ramiro Zamora Jr.


jueves, 11 de noviembre de 2010

"Actinomorfas En Peligro"

Había un jardinero que atendía su jardín.

Germinaban flores hermosas que no tenían fin.

Alegre estaba él, pues aroma por do’quier.

Pero había un detalle que no debió de ser.


Brotaban rosas

de colores brillantes,

que iluminaban vida y gozo.

Tubulosas moradas eran bastantes,

porque abundaba el amor del sol.


Escondidas en las sombras para refrescar,

las Camelias tiernas son y frágiles también.

Tallos leñosos de pétalos blancos alcanzar,

resaltaban Margaritas en el edén.


En especial se encontraba una flor,

espléndida por tener la simetría radial.

Cerca de la zarza crecía en dolor,

luchando por la vida, le llegaba todo el mal.


«¡Nos ahorcan los espinos,

nos ahorcan al morir.

No podemos tanto,

tampoco resistir!


¿Dónde está el floricultor?

¿por qué no viene él?

¡O si no, ayudadnos compañeros,

con éste enemigo cruel!»


Intentó una rosa a ayudar,

pues espinas también posee.

Mas demasiadas pequeñas eran,

que la zarza tuvo algo que comer.

Las Acampanadas sonaron a auxiliar,

a ver si oían los demás.

Vinieron otras flores para paliar,

la angustia de las Actinomorfas.


Vino un Hibisco y golpeó al espino,

con su trompeta y con viveza.

Ni aún así dejó de ser malo, no.

Más bien, se enredaba más la zarza.


«¡Nos ahorcan los espinos,

nos ahorcan al morir.

Quedan pocas de nosotras,

un poco más y dejaremos de existir!


¡Hay viene el jardinero!

Viene corriendo en veloz.

¿Por qué usa sus manos,

para arrancar a los espinos?»


Sangrando por las heridas, fatal fue el dolor.

Pero así fue cómo el jardinero las salvó.


Multiplicadas fueron las Actinomorfas,

que tomaron el lugar.

Donde antes la zarza se hallaba,

y para siempre dejó de rasgar.





-Ramiro Zamora Jr.

martes, 9 de noviembre de 2010

«Los Cántaros Potrosos"

Hace mucho tiempo en una tierra lejana, sucedía con aquélla patria involucrarse en batallas y triunfaba. Pero llegó el tiempo en que ése país fue vencido y vino el rival a invadir su territorio. El pueblo fue destrozado por haber perdido la libertad que antes poseía. Al pueblo se le había desfallecido la esperanza, materiales y valores.

En aquél pueblo habitaba un alfarero llamado Amancio, ya señor, que solía crear cántaros de distintos tamaños y diseños. Los que habitaban en el pueblo no veían provecho alguno, pues no les ayudaba en sus crisis.


Vino Dios en el sueño del alfarero diciéndole: «Harás un cántaro de cuarenta litros para cada familia. Por fuera de él, pintarás un diseño que represente lo que escasea en sus hogares. Yo le proveeré vino fino al cántaro y lo reposarán debajo de sus mesas. Mientras tomen una copa por día; abundará lo que necesiten.»


Al día siguiente hizo lo que Dios le había dicho. Fue de casa a casa para a averiguar lo que cada familia necesitaba. Algunos tenían miedo de salir a las calles. Miraba que muchos estaban desalentados, otros habían dejado de ser unánimes entre la familia. Hasta vio que a unos se les murió un bebé y ya no había felicidad. Con la lista hecha, regresó a su casa para comenzar a moldear.


A un cántaro dibujó montañas que simbolizaba la valentía, de no dejarse ser vencido por algo gigante. En otro pintó el mar, que significaba la fuerza que posee sus olas. En unos de ellos, pintó dos guacamayas apoyándose figurando la lealtad. Para los que estaban en necesidad de ánimo, pintó palomas volando hacia el cielo. Para los que estaban desunidos, pintó el sol y la luna bajo el mismo cielo; implicando que era difícil tener ambos esferas al mismo tiempo mas no imposible. Y para los que estaban en luto, pintó las nubes con rayos del sol saliendo de ellas, diciendo que había esperanza para aquellos que habían fallecido.


El alfarero duró tres meses para hacer los cántaros. Durante ese tiempo iba a cada hogar para hablarles a las familias de lo que Dios le había compartido. «Si queréis ser libertados de la mano de nuestro enemigo, vendré a traeros vuestros cántaros.» Algunos de las familias creyeron y lamentablemente algunos no, sin embargo con tal de embriagarse determinaron aceptar. Uno por uno se les fue dado el cántaro en sus hogares. Algunos obedecieron, hicieron tal cómo el alfarero especificó. Y los que no, cada día estaban embriagados y malgastaban el vino fino.


Dios le proveyó materiales, comida a los que hacían lo correcto. Y a los que no, ellos se quedaron aún en necesidad y empeoraron. Dios de nuevo vino al alfarero y le dijo: «Amancio, escucha bien. Cuando todo el pueblo termine de tomar el vino fino, todos recuperarán lo que se había perdido. Los cántaros ya no serán útiles, sólo quedarán como símbolo de lo que Yo he hecho. Y el pueblo se levantará contra los invasores y los vencerán.»


A los días siguientes la gente recuperó su fuerza, valentía, ánimo, felicidad, lealtad y la esperanza. Entonces salió todo el pueblo a pelear contra los enemigos. Vencieron muchos y pocos no, pues estaban demasiados borrachos para defenderse y murieron.

Dios les ayudó con su mano para vencer y para recuperar la libertad de ellos. Desde entonces, todos le dieron gracias a Dios por haber usado el talento del alfarero que todos habían pensado que era inútil.


Dios se manifestó en algo simple para revelar algo grande.


Escrito por: Ramiro Zamora Jr.


lunes, 8 de noviembre de 2010

Retiro Misionero de México

Como cada año; tenemos un retiro misionero para los que son misioneros en la República Mexicana. Éste año nos tocó ir a Ixtapa, Guerrero por tres días y tres noches. Del noviembre 3 al 6 nos reunimos para compartir las noticias del trabajo que se está realizando en México. Fueron misioneros de Cuernavaca, La Ciudad de México, Morelia, Guadalajara, Lázaro Cárdenas, León y otros más. En total éramos unos 25 misioneros. ¡Alabad a Dios por Su mano en obra en el país mexicano! Cada mañana teníamos una lección y discurso; dirigido por el hermano Samuel González. Después, teníamos tiempo para convivir con los unos y los otros. Y a las 7 p.m. también nos reuníamos para tener una devoción.

El retiro misionero fue un éxito, gracias a Dios. Y el próximo año León estará encargado en realizar el retiro. Por favor orad por la labor que se está tomando en México. Salí animado del retiro y me alenté en el sentido que tenemos un propósito, y ese propósito es traer Cristo a todos. ¡Amén! Dios os bendiga.