Aconteció una vez en la tierra estaban reunidas algunas virtudes. Y a larga distancia ellas veían todos los sentimientos. Las virtudes notaban que faltaba algo porque había un gran desorden en aquel extremo de la tierra. Sabiduría entonces sugirió: «Si nos uniéremos con los sentimientos, podríamos descubrir qué es lo que carece. ¡Vamos! ¡Encontrad a vuestra pareja!» Y así pasó, las virtudes cruzaron al otro lado en donde convivían los sentimientos.
Compañerismo caminaba por una feria y vio que Soledad montaba los caballos del carrusel tristemente. Se acercó a ella y le preguntó: «¿Por qué estás sola?»–«Porque tengo nada que ofrecer y es mejor estar sola en vez de no proveer.» Compañerismo preguntó si pudiese acompañarla, ella dijo que sí. Soledad ya no se sentía sola como antes, de ahí ambos establecieron una relación y se hicieron en Amistad.
Perseverancia fue a un huerto que estaba muriendo por falta de lluvia. He ahí, se encontró con Afligido. Él estaba preocupado porque moría su jardinería. «Espera, ten paciencia. Ya verás que Dios enviará lluvia para que reverdezca.» ella le dijo. Perseverancia esperó ahí con Afligido hasta que lloviese y así pasó; después de cien años llovió constantemente que creció el huerto a una selva. Afligido le dio gracias a Perseverancia por haber esperado con él; y de ahí resultó Triunfo.
Bondad se paseaba por las praderas que brotaban con diferente tipo de flores. Vio que Odio las arrancaba y las pisoteaba amargadamente. «¿Por qué haces tal cosa?» le preguntó. «Porque yo no soy igual de hermoso que éstas flores.» él respondió aventándole las flores a la cara a Bondad. Mas ella no le pagaba con la misma moneda, ella seguía igual de amable con Odio. Y Odio continuaba con sus maltratos a Bondad. «Tal vez pienses que no eres exteriormente hermoso, pero tu corazón sí lo es.» ella le dijo. Sorprendido él estaba, que hasta dejó de ser grosero. Bondad se acercó a Odio y le besó y vino Amor.
Abnegación decidió buscar en las nubes para hablase con Soberbia y vaya que le costó trabajo trepar las montañas para llegar a ella. «¿Qué haces acá arriba? ¿Que no ves que yo soy la única que debiese ser la más enaltecida?» reclamó Soberbia. «Vengo a conocerte, me pareces interesante. Anda, platiquemos.» dijo Abnegación. Ella le dijo que era mejor que los demás porque nadie más sabía subir a las nubes tan fácil como ella. «Cuando haya un viento fuerte y veloz, cierra tus ojos y salta con todo tu ser. Así es como llegas a las nubes.» decía jactándose. «Es cierto. Por eso tú eres mejor, porque sabes algo que los demás no.» Abnegación le dijo. Soberbia jamás había oído que alguien más le dijese tal cosa y mucho menos que estuviese interesada en ella. Ella deseaba ser como Abnegación y le dijo cómo. Después ambos descendieron con los demás para compartir el secreto y había Humildad.
Moralidad veía que algunos vicios salían satisfechos de una cueva. Los vicios cuchicheaban el nombre de Deshonra; entonces ella entró pretendiendo a alcanzarla. Moralidad se enfrentó con Deshonra desnuda y vio que no solamente despreciaba la vida, sino ella misma no se valoraba. Tenía cicatrices y moretones por todo su cuerpo y alma. «¿Por qué tienes tantas heridas?» ella le preguntó. «Porque yo soy la dueña de mí misma y nadie más. ¡Además puedo hacer lo que sea!» ella gritó. Moralidad le mostró que había cosas mejores, le enseñó que su cuerpo era un tesoro que debiese cuidar. Le contó que su quebrantamiento tenía restauración, ella podía ser rejuvenecida. Tantas palabras bonitas que Deshonra oyó que abrazó a su nueva amiga verdadera. Ella se convirtió en Dignidad, teniendo respeto y mérito para ella misma y para los demás.
Así fue el trabajo para las virtudes, a unirse con los sentimientos para que hubiesen más virtudes. Y así las virtudes corregían a los vicios. Prudencia vino a Maldad y de allí salió Cortesía. Integridad fue con Deshonestidad y le enseñó que siendo sincero puede llegar a ser Noble. Consuelo se sentó junto a una fuente con Perdición y él le dijo que pudiese encontrar el camino recto con examinándose ella misma. Así ella ya no estaría perdida, sino ella sería Fortaleza para otros.
Todas las virtudes entonces se volvieron a reunir en el valle más amplio. Todos se agarraron de las manos haciendo un círculo grandioso y hallaron lo que carecía...
...comienza con la letra «A» y termina con la letra «A». Así es, juntos vivieron en Armonía.
Escrito por: Ramiro Zamora Jr.
«No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.» ~Romanos 12.21 (RVR60)